Todas estamos de acuerdo que ser mujer es algo realmente fabuloso y nos sentimos muy felices de serlo, pero el ser mujer también conlleva entender nuestro cuerpo. Es por eso que hoy hablaremos de la menstruación sostenible.
En nuestra sociedad la menstruación sigue siendo tabú, desde pequeñas se nos enseña a sentir pena o vergüenza en torno a este tema, escondemos las toallas sanitarias, no hablamos abiertamente del tema.
Dentro de esa falta de conversación sobre la menstruación hay un factor muy importante que no se tiene en cuenta: hablamos de una circunstancia que afecta de manera regular una vez al mes a más de la mitad de la población y que genera millones de residuos difícilmente reciclables.
La menstruación es, entonces, una semana de cada mes en el que se generan más residuos individuales de lo normal. Los productos de higiene femenina de un solo uso, como toallas o tampones suponen una gran suma al resto de residuos difícilmente reciclables. Una mujer menstrua aproximadamente unos cuarenta años de su vida, lo que significa que puede llegar a utilizar entre 6.000 y 9.000 (incluso mas) compresas y tampones desechables durante sus años fértiles.
Es por eso que cada vez se trabaja más en encontrar alternativas reutilizables para poder alcanzar aquello que se denomina 'menstruación sostenible'.
Para conseguirlo la menstruación no solo debe ser sostenible con el medio ambiente, sino también con el propio cuerpo. Ya que el ciclo menstrual afecta en todas las esferas de una vida y es importante entender que ocurre en cada fase, se debe hacer un trabajo de autoconocimiento en el que atender a qué ocurre en el cuerpo en cada fase, para poder respetar los momentos de actividad y descanso y aprender así a darle a nuestro cuerpo lo necesario para estar bien.
La copa menstrual está cada vez más extendida. Ya se encuentra en todas las farmacias, e incluso en los grandes supermercados. Hablamos de un recipiente de silicona médica 100% hipo alergénica que respeta el ph vaginal. Esto se debe a qué el sangrado se recoge en lugar de absorberse, por lo que no hay problemas de irritación, hongos y alergias. Esta opción es ecológica y barata: ahorras un montón de dinero y de residuos al planeta ya que puede durar hasta 10 años.
Comprendas de tela
Las compresas de tela y bragas menstruales son opciones que de primeras muchas personas ven con distancia, pero no solo son útiles sino que también cómodas. Aunque en un principio estás alternativas fueron impulsadas por empresas pequeñas, es cada vez mayor la oferta.
Hay de todos los tamaños, para cada momento del ciclo, y pueden durar hasta 4 años, así como una vez acabada su vida útil se pueden compostar.
Esponjas menstruales
Las esponjas menstruales son la opción menos conocida. Crecen en los fondos marinos de la costa mediterránea. Son muy absorbentes y antibacterianas y su vida útil es de un año. Es una forma de aprovechar la naturaleza, darle un respiro al medio ambiente y ayudar a tu cuerpo a descansar de todas las toxinas que liberan los productos de higiene convencionales.