Cada día reafirmamos la idea de que el poder habita dentro de nosotros, nada está afuera. Solo tenemos que mirar hacia dentro y tomar la decisión de auto-descubrirnos, de conocerte a ti misma.
Hemos crecido y vivido en una sociedad que tiende a culparnos y culpar a otros, donde se etiqueta a las personas y sus actos, muchas veces caemos en juzgar a los demás y juzgarnos a nosotras mismas. Pero esta en nosotras cambiar este tipo de patrones y hábitos y lo podemos lograr haciendo pequeños cambios en nosotras y amándonos más.
Es por eso que te compartimos una guía de 10 pasos para amarte incondicionalmente
- Abandona la crítica.
Deja de criticarte ahora y por siempre, has estado criticándote durante años, intenta probar otra táctica. Identifica en que momento te estas criticando y que acciones o comentarios hacen que lo hagas con mayor frecuencia, una vez identificándolos empieza a cambiar lo que te dices por pensamientos nutritivos como: a la próxima puedo intentarlo así, voy a cambiar la forma en que lo hago. De esta forma estarás hablándote desde el amor y no la crítica.
- No te atemorices a ti mismo.
Deja de asustarte con pensamientos atemorizantes, la mente es tan buena directora de cine que crea películas de terror.
Si tienes duda de alguna situación lo mejor es preguntar en lugar de hacerte millones de historias que pueden nunca pasar.
Intenta concentrarte en lo que es real en ese momento y no te agobies a ti misma con posibilidades.
- Sé agradable, amable y paciente contigo mismo.
Un buen ejemplo, del poder de la paciencia es cuando se cultiva un jardín. Al principio, encuentras tierra árida, luego la remueves, siembras y aunque parezca que no está sucediendo nada, está sucediendo grandes cosas, esto mismo pasa con tu amor propio, comienza con pequeñas acciones, se paciente y amable contigo y misma y poco a poco notaras resultados.
- Sé paciente contigo mismo.
Observa los pensamientos negativos como la mala hierba y aprende a podarlos, inspírate en las ideas bonitas y amorosas que tienes dentro de ti y riégalas con paciencia. Recuerda que los cambios no son de la noche a la mañana.
- Sé amable con tu mente.
Mermaids, ¿permitirían que les echaran una bolsa de basura en la sala de su casa? Si la respuesta es ¡no! Lo mismo sucede con nuestra mente, no permitamos otras personas coloquen su basura dentro de nosotros. Esto se hace cuando alimentas pensamientos negativos, dolor, culpa, resentimiento, envidia, insensibilidad, ansiedad, odio, amargura, pereza, estrés, rabia, ira, crítica, etc.. Somos humanos, es cierto y tenemos que entender que también somos amorosamente imperfectos.
- ¡Elógiate!
Entra al salón del elogio. Cuando te sientas agobiada, triste o criticada por los demás, construye para ti un salón de elogios, donde te digas a ti misma lo maravillosa e increíble que eres.
Decírtelo te ayudara a sentirte mucho mejor y a aprender a identificar todo lo bueno que hay en ti.
- Practica la meditación.
Lo único que tendrías que hacer es tomar conciencia de tu respiración, meditar no es cosa del otro mundo. Todos podemos meditar al menos dos minutos diarios. Podrías cerrar los ojos y respirar de manera consciente. Dejar que la mente se relaje.
- Escucha tu intuición.
Esa vocecita que nos habla en ocasiones y nos ayuda a mantenernos a salvo es parte de tu amor propio que lo has construido a lo largo de los años. Aprende a escucharla, a identificar en que momentos sale. Es una parte de ti que nos ayuda a mantenernos a salvo
- No le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.
A veces, queremos que los demás se comporten equitativos, amables, amorosos, generosos, comprensivos con nosotros. Pero no somos conscientes de que hemos sembrado en otros, Queremos que los demás cambien. Pero, no podemos cambiar a nadie. Solo a nosotros y nuestra forma de ver al mundo y de cómo reaccionamos ante él.
- Mejora los hábitos alimenticios.
Equilibrar la alimentación. A veces, por el afán de hacerlo todo, poco tiempo le dedicamos a comer a la hora recomendada, es importante buscar alimentos nutritivos. Recuerda que tu cuerpo es tu vehículo y tú decides que tipo de combustible le quieres dar y que tanto lo cuidas para que funcione correctamente.